sexta-feira, 22 de outubro de 2010

Decrecimiento: 10 puntos para desintoxicarse del crecimiento y reconectarse a la vida

El decrecimiento, más que una teoría nueva, es un nombre impactante para alertar de la necesidad de un cambio.

http://es.demagazine.eu/

UNA PREMISA

El decrecimiento, más que una teoría nueva, es un nombre impactante para alertar de la necesidad de un cambio. La información que utiliza es conocida desde hace tiempo, lo que aporta, tal vez, es una visión de conjunto, un espacio de confluencia, como una cuenca hidrográfica extensa que recoge ideas y prácticas "alternativas". El decrecimiento reúne conocimientos y perspectivas que son el legado de movimientos sociales y tradiciones culturales, espirituales y religiosas diversas: el movimiento de las mujeres y, en general, los movimientos de emancipación, los movimientos por la paz, los derechos civiles, la noviolencia , el movimiento ecologista, que trabaja por la protección y recuperación de la diversidad biológica y sociocultural, pero también de una visión integrada de la realidad y de la vida, los movimientos "alterglobalizador", que se oponen a la exportación a nivel mundial de una estructura de dominio, que es a la vez económico, tecnológica y mental, donde la jerarquía, el control y la competición imponen su lógica encima de cualquier otra; estas voces proponen un camino alternativo para compartir el mosaico de diversidades y hacer -una red que abarque el mundo, basada en la equidad de los intercambios y en la capacidad de cooperación ante los retos enormes a los que las sociedades humanas han de hacer frente en las próximas décadas.

Así, por un lado, se plantea la necesidad de salir de un conjunto de adicciones que generan "deudas", y por otro, se propone restablecer una serie de conexiones y arraigos, hoy en peligro, para volver a alimentar la vida. Entre estas polaridades, se abre un camino de experimentación y síntesis creativa entre lo viejo y lo nuevo, las tradiciones y las innovaciones, que no se puede agotar ni en diez ni en cien o mil puntos.

Desintoxicarse

1. Salir de la adicción energética

Gran parte de las sociedad humanas se han vuelto adictos, desde hace 150 años, a una inyección elevada y creciente de recursos energéticos, especialmente de origen fósil, el principal es el petróleo. Este es un capital energético "ahorrado" durante miles de millones de años de fotosíntesis, que nos hemos medio gastado sin pedir permiso a las generaciones futuras, y que seguimos utilizando para construir una sociedad cada vez más alejada de su viabilidad ecológica. El cambio climático es el síntoma más contundente que muestra el contrasentido de esta cultura de falsa abundancia energética, que genera una deuda ecológica que deberán pagar nuestros hijos y nietos. Se pondrá freno a este abuso, y dar pasos decididos, desde ahora y progresivamente, hacia un metabolismo social y tecnológico basado en la radiación solar-la única que recibimos de forma gratuita-y sus derivados (eólica , hidráulica, biomasas, mareas ...). Es necesario promover formas de generación distribuida de energía y políticas de ahorro, con una revisión de todas las prácticas energívoros (transporte, agricultura, etc.).

2. Salir de la adicción financiera

La desregulación de las finanzas nos ha hecho vivir los últimos cuarenta años en un estado poco menos que al.lucinatori. El espejismo del dinero fácil nos ha hecho perder el mundo de vista. Muy pocos se han aprovechado y muchos, muchísimos, han sufrido las consecuencias. La suma de abstracción y anonimato ha hecho del dinero el arma de destrucción masiva más devastadora del planeta, para que más inadvertida. En pocas décadas se ha generado una deuda astronómico, que ha llevado el sistema a su colapso y no sabemos cómo y cuándo se podrá devolver. El poder del dinero mueve las palancas del poder a menudo en formas ocultas, a través de operaciones delictivas que no dejan rastro. La actividad especulativa no añade valor sino que aumenta precios, y recaudando sin esfuerzo las rentas que otras personas han generado con trabajo e ingenio. Es necesario adoptar medidas, como la Tasa Tobin o similares, que hagan tributar la circulación del dinero en el mercado, para desincentivar las operaciones puramente especulativas. Hay que recuperar los bancos públicos el monopolio de la creación de dinero, limitando el mecanismo del multiplicador bancario que facilita la expansión incontrolada del crédito. Hay que avanzar hacia una moneda informativa y hacia un sistema económico-transparente.

3. Salir de la adicción productivista

La actividad industrial ha dejado en gran medida de ser funcional a satisfacer necesidades fundamentales y concretas. El engranaje productivista responde más bien a la necesidad de amortizar gastos y generar dividendos para los accionistas. La carrera hacia el crecimiento parece ser el único camino para alimentar este mecanismo insaciable. El circuito producción-consumo se va acelerando constantemente, gracias a la cultura del usar y tirar ya la política de la obsolescencia programada. Por otra parte, se genera al mismo tiempo la necesidades de ingresos proporcionados a la fiebre consumidora. La adicción al consumo se prolonga en la adicción al trabajo, en la dependencia del sueldo, que todavía se hace más perversa con el difundirse de actividades "autónomas", que en realidad se traducen en formas de autoesclavatge aún más alienante. Repensar la actividad productiva, sus prioridades, sus procedimientos, el ciclo de vida de los productos, los criterios de distribución ... son pasos indispensables y urgentes, igual que lo son el reparto de las horas de trabajo, la participación de los trabajadores en el empresa, o unas nuevas pautas en el consumo de manufactes, su mantenimiento, reutilización, reparación y reciclaje.

4. Salir de la adicción informativa

El imaginario ha sido y es la última frontera de un proyecto de colonización planetaria. La publicidad, los medios de comunicación, la industria del entretenimiento, han jugado un papel fundamental en decantar las preferencias del gran público hacia la simplificación y superficialidad de los mensajes. La adicción a la "noticia", es decir, a "pastillas de información" de consumo rápido, carentes a menudo de contexto y de profundidad temporal (ni antecedentes, ni consecuencias) va paralela a la pérdida de capacidad narrativa y sentido crítico. Televisión, videojuegos, imágenes sin conexión que ocupan todo el espacio perceptivo, favorecen el adviento de una sociedad más "fluida", donde se pasa del individuo a la masa sin pasajes intermedios. Se generan hábitos de participación ficticia, o bien porque directamente virtuales, sin repercusión, o bien porque reducidos esquema de la competición bipolar, que banaliza cualquier motivo, incluso serio, de conflicto. Hay que reducir la dosis de exposición a inputs informativos desconectados de la vida real de cada persona. Hay que favorecer el ejercicio del sentido crítico ante lo que nos viene de fuera y que, con promesas inverosímiles, nos manipula. En especial, hay que frenar la omnipresencia de la publicidad y encontrar formas de reglamentación de sus mensajes.

5. Salir de la adicción jerárquica

Un modelo de dominio se basa en los mitos y en la retórica de la independencia, la superioridad y el control. La geopolítica mundial sigue respondiendo a esta lógica imperial, más o menos disimulada, y no a la voluntad de gestionar en común el uso de los recursos y la solución de los problemas. Con todos los medios alimenta una especie de aspiración colectiva a liderazgos fuertes y carismáticos, a "hombres de la providencia" que nos tengan que salvar los desastres que justamente esta ansia de dominio ha generado. Y aquí es pertinente hablar de hombres, ya que este modelo tiene connotaciones históricamente masculinas. La burocratización creciente de las sociedades y de sus servicios principales (administración, salud, educación, justicia, representación política ...) visualiza una tendencia general a la cesión de las propias capacidades y responsabilidades, ya la delegación de una cuota de poder personal. Se siembra la sospecha, por otra parte, que quisieron participar en la política no sea civismo sino el síntoma de una ambición personal, y nos hacen creer que la lucha competitiva es obligada. Todos los racismos-por sexo, condición social, credo religioso o color de piel-nacen de esta cultura de la superioridad, incentivada por la mayoría de culturas. Hay que salir de este imaginario, de este modelo mental "único" y de las prácticas que genera en todas las escalas, grandes y pequeñas.

Reconectarse

6. Arraigarse en el territorio

La relocalización es la primera gran opción para reconectar a una forma de vida posible. Hay que invertir la doble tendencia de urbanización acelerada de una parte y despoblamiento del territorio por la otra. Hay que construir una nueva síntesis entre actividades primaria, secundaria y terciaria basada en el cuidado territorial y en un nuevo equilibrio de distribución de la población. El territorio debe volver a ser la fuente principal de la riqueza material y también identitaria. Reconstruir el mosaico de usos, aprovechar al máximo la actividad fotosintética, redescubrir la biodiversidad local, las rotaciones de cultivos, las complementariedades múltiples entre actividades diversas ...

7. Reencontrarse con el propio tiempo vital

Habría que tener muy clara la percepción de que el tiempo no es simplemente un contenedor anónimo y abstracto, sino también tiempo vivido, y como tal emanación de la persona, vinculado a su salud y etapas vitales. La actividad de los individuos se inscribe en este marco, por lo que habría que repensar las formas sociales de cesión del tiempo propio para garantizar las tareas colectivas y el sostentament personal y familiar. Una renta básica universal permite reconocer un valor intrínseco al hecho de ser persona y desvincular una parte de la capacidad adquisitiva de la actividad "asalariada". El tiempo necesario para la reproducción y el mantenimiento de la vida, o la participación en los asuntos colectivos recibiría de esta manera una ayuda concreto para reservarlo. También se evitan los mecanismos perversos del mercado laboral, donde la abundancia de mano de obra modifica a la baja tanto la remuneración del trabajo como sus garantías.

8. Redescubrir la dimensión comunitaria

La aceleración de los últimos 50 años ha "liquidado" estructuras sociales y formas de convivencia muy antiguas. El ser humano es un mamífero, por el que la socialidad y la identificación en un grupo tiene valor de supervivencia. El haber sustituido los "bienes relacionales" con el consumo de bienes materiales no siempre ha supuesto una mejora de nuestra existencia. El reencuentro de la socialidad y de los bienes que las personas pueden intercambiarse sin hacer uso de dinero es un paso importante en la buena dirección. Un retorno a formas de propiedad pública o comunitaria del territorio (referido a la nuda propiedad, con posible usufructo privado) permitiría dar solidez a experiencias de moneda local en beneficio de la comunidad, para favorecer intercambios dentro de un área geográfica concreta. El ámbito local también es propicio para formas de democracia más participada, con un mayor grado de consenso y de corresponsabilidad sobre el futuro colectivo.

9. Elegir la sobriedad

Con un planteamiento más sobrio, todos podríamos tener lo suficiente para vivir con satisfacción. Volver a reconocer las necesidades reales ya diferenciarlas de las necesidades falsas, es el paso previo para construir un mundo en el que podemos sentirnos prósperos sin malgastar recursos ni humillar a nadie. Es necesaria una mayor conexión entre necesidades y consumo, tanto a la hora de comprar como, también, de producir. Reorientar las prioridades productivas hacia bienes y servicios duraderos, fáciles de arreglar, de poco impacto, por mercados lo menos alejados posible, es otra de las prioridades. Esto será más fácil de realizar, si la empresa se democratiza, con una mayor implicación de los trabajadores en las decisiones de la empresa, según una lógica cercana a la del cooperativismo.

10. Reanudar al sentido

Personas y comunidades tienen otra necesidad fundamental: dar un sentido a la propia actividad y presencia en el mundo. La autodestrucción colectiva no puede ser la respuesta que buscábamos. Hay que hacer espacio, redescubrir el silencio, la quietud, la escucha, para imaginar un mundo posible donde el diálogo, la condivisió, la simplicidad, la belleza, sean la base para un nuevo equilibrio arraigado en la vida.

[Este escrito me solicitó Martí Olivella para intentar resumir la propuesta del decrecimiento en el proceso del "Consenso de Barcelona", del que es uno de los principales impulsores]

Carta Maior - Boaventura de Sousa Santos - A ditamole

Se nada fizermos para corrigir o curso das coisas, dentro de alguns anos se dirá que a sociedade portuguesa viveu, entre o final do século XX e começo do século XXI, um luminoso mas breve interregno democrático. Durou menos de quarenta anos, entre 1974 e 2010. Nos quarenta e oito anos que precederam a revolução de 25 de Abril de 1974, viveu sob uma ditadura civil nacionalista, personalizada na figura de Oliveira Salazar. A partir de 2010, entrou num outro período de ditadura civil, desta vez internacionalista e despersonalizada, conduzida por uma entidade abstrata chamada “mercado”. As duas ditaduras começaram por razões financeiras e depois criaram as suas próprias razões para se manterem. Ambas conduziram ao empobrecimento do povo português, que deixaram na cauda dos povos europeus. Mas enquanto a primeira eliminou o jogo democrático, destruiu as liberdades e instaurou um regime de fascismo político, a segunda manteve o jogo democrático mas reduziu ao mínimo as opções ideológicas, manteve as liberdades mas destruiu as possibilidades de serem efetivamente exercidas e instaurou um regime de democracia política combinado com fascismo social. Por esta razão, a segunda ditadura pode ser designada como ditamole.

Os sinais mais preocupantes da atual conjuntura são os seguintes. Primeiro, está a aumentar a desigualdade social numa sociedade que é já a mais desigual da Europa. Entre 2006 e 2009 aumentou em 38,5% o número de trabalhadores por conta de outrem abrangidos pelo salário mínimo (450 euros): são agora 804.000, isto é, cerca de 15% da população ativa; em 2008, um pequeno grupo de cidadãos ricos (4051 agregados fiscais) tinham um rendimento semelhante ao de um vastíssimo número de cidadãos pobres (634.836 agregados fiscais). Se é verdade que as democracias européias valem o que valem as suas classes médias, a democracia portuguesa pode estar cometendo suicídio.

Segundo, o Estado social, que permite corrigir em parte os efeitos sociais da desigualdade, é em Portugal muito débil e mesmo assim está sob ataque cerrado. A opinião pública portuguesa está sendo intoxicada por comentaristas políticos e econômicos conservadores – dominam os meios de comunicação como em nenhum outro país europeu – para quem o Estado social se reduz a impostos: os seus filhos são educados em colégios privados, têm bons seguros de saúde, sentir-se-iam em perigo de vida se tivessem que recorrer “à choldra dos hospitais públicos”, não usam transportes públicos, auferem chorudos salários ou acumulam chorudas pensões. O Estado social deve ser abatido. Com um sadismo revoltante e um monolitismo ensurdecedor, vão insultando os portugueses empobrecidos com as ladainhas liberais de que vivem acima das suas posses e que a festa acabou. Como se aspirar a uma vida digna e decente e comer três refeições mediterrânicas por dia fosse um luxo repreensível.

Terceiro, Portugal transformou-se numa pequena ilha de luxo para
especuladores internacionais. Fazem outro sentido os atuais juros da dívida soberana num país do euro e membro da UE? Onde está o princípio da coesão do projeto europeu? Para gáudio dos trauliteiros da desgraça nacional, o FMI já está cá dentro e em breve, quando do PEC 4 ou 5, anunciará o que os governantes não querem anunciar: que este projeto europeu acabou.

Inverter este curso é difícil mas possível. Muito terá de ser feito em nível europeu e a médio prazo. A curto prazo, os cidadãos terão de dizer basta! Ao fascismo difuso instalado nas suas vidas e reaprender a defender a democracia e a solidariedade tanto nas ruas como nos parlamentos. A greve geral será tanto mais eficaz quanto mais gente vier para a rua manifestar o seu protesto. O crescimento ambientalmente sustentável, a
promoção do emprego, o investimento público, a justiça fiscal, a defesa do Estado social terão de voltar ao vocabulário político através de entendimentos eficazes entre o Bloco de Esquerda, o PCP e os socialistas que apoiam convictamente o projeto alternativo de Manuel Alegre.

Boaventura de Sousa Santos é sociólogo e professor catedrático da Faculdade de Economia da Universidade de Coimbra (Portugal).
Fonte: http://www.cartamaior.com.br/

terça-feira, 19 de outubro de 2010

'No somos héroes sino víctimas de empresarios que ganan millones'

Franklin Lobos a su hija al salir de la mina. I Reuters
'La gran mayoría pensó que la empresa nos iba a dejar ahí. Salía más barato dejarnos morir que rescatarnos'
 
El minero Franklin Lobos, que pasó 70 días atrapado en un yacimiento en el norte de Chile junto a otros 32 trabajadores, huye de la fama que han adquirido tras el rescate y asegura que no son héroes, sino "víctimas" de la irresponsabilidad de los dueños de la mina San José.

"La gente nos dice que somos héroes y no, no somos héroes, somos víctimas. Nosotros luchamos por nuestra vida no más, porque tenemos familias. Somos víctimas de los empresarios que no invierten en seguridad", dijo Lobos en una entrevista que publica hoy el diario El Mercurio.

Lobos, ex futbolista profesional de 53 años, indicó que la "gran mayoría" de los 33 obreros creyó que la compañía San Esteban, propietaria de la mina San José, los iba a dejar en el fondo del yacimiento después del derrumbe del pasado 5 de agosto.

"La gran mayoría pensó que la empresa nos iba a dejar ahí. Salía más barato dejarnos morir que rescatarnos", reconoció el minero, que el pasado miércoles fue el rescatado número 27.

Aseguró que nunca perdieron la esperanza de ser salvados, aunque hubo momentos difíciles. "Es que no dependía de nosotros, no teníamos ninguna posibilidad de salir", explicó.

El ruido de las sondas que perforaban la roca para hallarlos les devolvió la ilusión, aunque admite que les cayeron las lágrimas cuando la primera pasó de largo de la zona donde se encontraban.

"Y llorábamos, se nos caían las lágrimas porque veíamos que una posibilidad de salir se escapaba", recuerda Lobos.

Sobre el futuro, el ex futbolista se muestra dispuesto a trabajar de nuevo de minero, oficio al cual se ha dedicado durante los últimos cuatro años y que le ha permitido mantener a su familia.

"La mina no nos quiso llevar, la mina nos quiso con vida, porque nosotros no éramos los malos, éramos víctimas de los empresarios que ganan millones y no piensan en el sufrimiento de la gente pobre", lamenta Lobos, que hasta el día del accidente llevaba cuatro meses trabajando en el yacimiento San José.

Lobos, conocido como el 'Mortero Mágico' en los años 80 por su habilidad para lanzar tiros libres, ha recibido una propuesta de la FIFA para ofrecer charlas de motivación basadas en su experiencia en el fondo de la mina, donde se preocupó de dirigir los ejercicios físicos de sus compañeros para que se mantuvieran en forma.

Aunque todavía no se ha pronunciado sobre esta propuesta, lamentó que aparezca como consecuencia del encierro en la mina, y sostuvo que el acoso mediático al que son sometidos actualmente durará poco.

"Vamos a tener todo, van a llamar de todos los medios, pero en quince días, esto va a pasar", comentó Lobos.
Source:  http://www.elmundo.es/america/

domingo, 17 de outubro de 2010

The Coming Collapse of the Real Estate Market

The system for financing mortgages and regulating that financing has failed, completely and utterly. The mortgage and real estate markets are now in collapse. 

Yesterday I wrote about how positive feedback loops lead to collapse. Welcome to the U.S. housing and mortgage markets. As I have documented here numerous times, the entire U.S. mortgage market has already been socialized: 99% of all mortgages are backed by the three FFFs--Fannie, Freddie and FHA--and the Federal Reserve has purchased a staggering $1.2 trillion in mortgage-backed assets in the past year or so to maintain the illusion that there is a market for mortgage-backed securities.

There is, but only because the mortgages are backed by the Federal Government and propped up by the Federal Reserve.

The mortgage market is completely dependent on government guarantees and quasi-Government purchases of securitized mortgages. If the mortgage market were truly socialized, then the Central State would own the banks which originate, service and own the mortgages.

But then the private owners and managers of the "too big to fail" banks would not be reaping hundreds of billions in profits and bonuses. And since the banking industry has effectively captured the processes of governance (that is, Congress and the various regulatory agencies), then what we have is a system of private ownership of the revenue and profits generated by the mortgage industry and public absorption of the risks and losses.

Could anything be sweeter for the big banks? No.

The incestuous nature of the system is breathtaking. The Fed creates the credit which enables the mortgages, the Treasury guarantees the mortgages via Fannie, Freddie and FHA, the Fed buys the mortgages ($1.3 trillion in mortgages are on their balance sheet) and the private banks collect the fees and profits.

One of the core tenets of my critique is the State/Financial Plutocracy partnership. There are many examples of this partnership (crony capitalism in which the State is the "enforcer" which collects the national income and distributes it to its private-sector cronies), but perhaps none so blatant and pure as the mortgage/banking sector.

But now the entire legal basis for that privatized-profits, socialized losses system has dissolved. The foreclosure scandal is not just a "scandal" in which various frauds were brought to light; it is the failure of the entire system of originating mortgages that props up the entire real estate market.

I recently reported on the depth of the crisis for AOL's Daily Finance: The Foreclosure Crisis: Eroding Trust -- and Ending the Recovery?

The Mainstream Financial Media has been forced to gingerly poke around the delicate topic, and surprise, it is difficult to put a positive spin on the crisis:

Document Questions Cloud Recovery: Agents Fear Housing Could Stall as Uncertainty on Foreclosures Unnerves Buyers, Especially Investors.
"Title companies would be crazy to ensure title on anything remotely associated with a foreclosed property because we don't know how this is going to resolve itself," said Mark Hanson, an independent housing analyst in Menlo Park, Calif.
The result: Not only could sales slow on foreclosures now listed for sale, but it could also become harder to sell or refinance properties that have been foreclosed upon at some point in the past few years.
Real-estate agents are particularly worried about the situation's impact on investors, the buyers who fix up foreclosed homes for resale. Investors accounted for 21% of all home sales in August, according to the National Association of Realtors.
Little-Known MERS Faces Big Challenges in Foreclosure Battle:
Success in challenging MERS’ role in a foreclosure could mean the owner of a mortgage holds a loan without claim to the house as collateral, Mr. Weissman said. That result could set off a chain reaction reducing the value of mortgage servicing rights, an asset many banks keep as an investment.
Here is another MSM story: Are We Headed for Housing Armageddon?

So to summarize:

1. The banks which depend on revenues collected from mortgage servicing are facing the possibility that millions of distressed mortgages will enter legal limbo and not be paid; additionally, millions of underwater homeowners realize they can stop paying their mortgages with no near-term consequence because the foreclosure system is frozen.

If you doubt this, please read Gonzalo Lira On The Coming Middle-Class Anarchy.

2. The mortgages which the banks are holding on their books as income-producing assets at full face value are in effect either worthless or depreciated to some significant but unknown degree. If this fact were reflected in their balance sheets, all the big banks would all be insolvent.

3. Evictions based on foreclosures can be halted, delayed or even cancelled. Consider this alternative response to wrongful eviction: Evicted Family Breaks Into Their Former House (WSJ.com)

4. Pending sales of properties that were foreclosed are now of dubious legality.

5. Anyone buying a house in foreclosure, or a house that was foreclosed, cannot get title insurance.

6. Investors who have been propping up the housing market by snapping up properties in foreclosure (REOs or "distressed properties") face high risks and uncertainties in buying any real estate that was in or is in the foreclosure pipeline. That means markets will lose 30% to 50% of their buyers. (Click to enlarge)



7. Buyers who closed on foreclosed homes now face legal challenges to their ownership and potentially even "clawback" of the property as the previous owner can claim he/she was defrauded by a flawed/defective foreclosure process.

8. Real estate attorneys can rejoice: everyone will get sued, in every court in the land. Banks will get sued, title insurance companies will get sued, realtors will get sued, foreclosure mills will get sued, MERS will get sued, and so on. The attorneys general of the states will all sue the banks and mortgage mills, claiming billions in damages.

Anyone who thinks this is all trivial technicalities is wrong.

9. The real estate market will collapse as the imbalance of buyers and sellers swings to extremes. Buyers vanish as trust in the institutions of real estate finance and property rights has collapsed, and millions of distressed/defaulted mortgages don't get paid. Underwater sellers have a stark choice: either dump the house for cash (assuming the bank allows a short-sale and eats a massive loss) or stop paying the mortgage and see what happens.



That sets up a new positive feedback loop in a very tenuous market: millions of underwater homeowners will realize their homes are plummeting in value and "recovery" is hopeless. Millions more who were on the edge will be pushed underwater as prices fall. The incentives for the newly underwater are clear: stop paying the mortgage, since price "recovery" is hopeless and the foreclosure process is frozen.

The imbalance between few buyers and millions of properties on the market or in the shadow inventory has only one "capitalist" resolution: the destruction of price down to levels that clears the inventory.

Las Vegas offers a example of this clearing: condos are selling for 15% or 20% of their bubble-era valuations--and this is with massive Federal subsidies of the mortgage market.

10. There is a fundamental legal battle playing out between the property rights and rules of law embodied in state laws, and the Central State/Federal laws which enable MERS to transfer ownership of mortgages as securities. You can't have both systems at the same time; either transfers of mortgages and ownership and the procedure of taking real property (foreclosures) meet state laws or these laws have been rendered moot.

Either there is due process of law or you have a kleptocracy/"banana republic" oligarchy. At present, that is the decision we face as a nation. If the banking Elites and their partners in the Central State (Fed and Treasury) are allowed to "win" and gut the property laws of the states, then the U.S.A. will be revealed as a kleptocracy/"banana republic" oligarchy.

If state laws are upheld, then the "too big to fail" banks are insolvent and they will fail.Then the question of kleptocracy arises once again: will the banks be allowed to fail as per Classic Capitalism, that is, their owners and managers will have to absorb the losses of that bankruptcy/failure, or will the Central State use its powers to collect taxes and cover the private losses of the Bank/Financial Power Elites? Privatizing profits and socializing losses has been the entire game plan since the global house of cards collapsed in 2008.

It's decision time, citizens. Either the banks/Central State "win" and we are a kleptocracy/ "banana republic," or they lose and the U.S. mortgage/ banking sector implodes and is either formally socialized (i.e. owned lock, stock and barrel by the Central State) or rebuilt from scratch without big banks, Federal guarantees and the Fed's incestuous interventions. ("We create the credit that enables the mortgage, you issue the mortgage, and then we buy the mortgage.")

There is no "fix" or half-measure that can patch this over now.

The non-mainstream media can speak the truth directly. For example, here is the excellent Acting Man blog:

Total Chaos:
The biggest question of all, is there anyone working on a solution? I know the answer to that:
No.We now have socialized housing. If you disagree, just imagine the consequences if government intervention were withdrawn. Real estate markets would collapse immediately. The government is the market. There is no exit strategy.
The feedback loops are in full runaway mode, and the end-state will be a collapse of one system or the other: either the incestuous banking cartel/Fed/Treasury system of "private profits, socialized losses" implodes, or property rights and the real estate market implode.

Right now, both are imploding, and each system's implosion reinforces the other's collapse.

Charles Hugh Smith writes the Of Two Minds blog (www.oftwominds.com/blog.html) which covers an eclectic range of timely topics: finance, housing, Asia, energy, longterm trends, social issues, health/diet/fitness and sustainability. From its humble beginnings in May 2005, Of Two Minds now... More

Source: http://seekingalpha.com/

sexta-feira, 8 de outubro de 2010

La semana laboral de 21 horas

http://www.decrecimiento.info/
Una jornada semanal más corta deberá ser la norma vigente, según el informe de esta semana del nef (The new economics foundation), el tanque de ideas independiente líder en el Reino Unido.

El informe “21 horas” prevé un importante cambio en la duración ordinaria de la semana laboral como una medida necesaria para lidiar con problemas clave en el ámbito económico, social y ambiental. Los investigadores afirman que esto debe ser visto más como una oportunidad que como una amenaza.

De acuerdo con el nef, hay varios factores que nos presionan en dirección a una jornada semanal más reducida: la continuidad de los daños económicos causados por la crisis de los bancos; una sociedad dividida que tiene por un lado cargas horarias demasiado largas, además de horas extras, a la vez que hay demasiado desempleo; y la necesidad urgente de cortar los daños medio ambientales causados por el exceso de consumo. Esto combinado con el creciente interés por invertir más tiempo en producir una parte de sus productos de consumo y servicios – desde la asistencia compartida a actividades organizadas entre vecinos, pasando por la alimentación, ropas y otras necesidades.

Mucha gente vive para trabajar, trabaja para ganar y gana para consumir. Y nuestros hábitos de consumo están despilfarrando los recursos naturales del planeta”, dice Anna Coote, co-autora del informe y jefa de Política Social del nef. “Gastar menos tiempo en un trabajo remunerado podría ayudarnos a romper este ciclo. Nosotros tendríamos más tiempo para ser mejores padres, mejores ciudadanos, mejores cuidadores y mejores vecinos. E, incluso, podríamos ser mejores empleados: menos estresados, controlando nuestro tiempo, más felices y más productivos. Es el momento de romper con el viejo reloj industrial, recuperar nuestras vidas y trabajar por un futuro sostenible”.

Si luchamos por esta oportunidad, dice el nef, la consecuencia inevitable será una jornada semanal mucho más corta, con la duración de 21 horas como objetivo. El informe apunta que:
  • Mucha gente trabaja más horas que hace 30 años. Desde 1981 las parejas de los hogares han añadido 6 horas – casi un día de trabajo – a su jornada laboral combinada.
  • Hoy, cerca de 2,5 millones de personas no consiguen encontrar un empleo. Cortar los puestos de trabajo en busca de ahorro sin cambiar la jornada laboral significa cargar a unos con horas extra de trabajo, mientras se elimina el medio de vida de otros.
  • Como resultado de esta falta de equidad en la jornada laboral, las actividades no remuneradas de nuestras vidas están siendo penalizadas. El tiempo con la familia, las relaciones con el vecindario, el tiempo con los niños y la calidad de vida de los mayores, todo esto se ha reducido con dolorosos resultados para la sociedad que algunas veces tiene que aguantarse y lamentarse como el “Reino Unido roto”.
Los autores de “21 horas” argumentan que una semana laboral mucho más corta podría ayudarnos a afrontar varios problemas urgentes e íntimamente relacionados: el exceso de trabajo, el desempleo, el exceso de consumo, las emisiones de carbono, el bajo índice de bien estar, las desigualdades y la falta de tiempo para vivir de manera sostenible, de cuidarse mutualmente, y simplemente disfrutar de la vida. Las 21 horas posibilitarían a mucha más gente unirse a la fuerza de trabajo y permitirían medidas para reducir los daños de las desigualdades.

Andrew Simms, co-autor del informe y Director de Políticas del nef afirma: “Los últimos dos años nos han enseñado que consumimos más allá de nuestros límites económicos y más allá de los límites de nuestro planea, y aun así no logramos mejorar nuestro bien estar. Mientras tanto otros sufren pobreza y hambrunas. Nuestra investigación apunta que ir hacia una jornada semanal más corta sería la única manera que todavía no se ha intentado para romper este ciclo. Un cambio cultural presentará retos reales, pero también podría presentar beneficios masivos para nuestra economía, nuestra calidad de vida y para el planeta. Después de todo, ¿a quién no le gustaría un fin de semana de 4 días?

El informe examina la situación para un cambio radical de lo que mucha gente cree como algo inmutable: una jornada laboral de 8 horas 5 días por semana. Aunque esto sea simplemente un resquicio de la Revolución Industrial. John Maynard keynes se dio cuenta de que no había nada de inmutable en esta jornada laboral. En 1930, él preveía que a inicios del siglo XXI la humanidad trabajaría 15 horas semanales, porque se habría “liberado de la presión de las necesidades económicas”. Mientras el mundo lucha para hacer frente a las crisis actuales, la posibilidad de una semana de 21 horas laborables sería la oportunidad detrás de esta crisis.

Principales descubrimientos y propuestas

El estudio demuestra que trabajar 21 horas a la semana – o el equivalente en escala anual – podría traer beneficios en diversas áreas:
  • Curar las rupturas en el Reino Unido dividido: Una semana de 21 horas ayudaría a distribuir el trabajo remunerado a toda la población, reduciendo el mal estar asociado al desempleo, a las largas jornadas laborables y a la falta de control sobre las horas-extras. Las 21 horas harían posible distribuir mejor el trabajo remunerado y el no remunerado entre hombres y mujeres, permitiría a los padres pasar más tiempo con los hijos – y a pasar el tiempo de manera diferente, permitir que la gente retrase la jubilación si así lo desea, a tener más tiempo para cuidar a los demás, para participar en actividades locales y a dedicar tiempo a cosas que le interesen. Cuándo el trabajo sea redistribuido, los ingresos serán más igualitarios y habrá una reducción en el vasto grupo de problemas relacionados a la desigualdad.
  • Pocas emisiones de carbono y un estilo de vida de alto bien estar: Con la jornada semanal de 21 horas muchas personas se encontrarían ganando menos, pero con mucho más tiempo libre. Esto significa que en vez de tener que pagar por todo – y muchas veces para “ahorrar tiempo” en una vida muy ocupada – la gente será capaz de empezar a hacer cosas: cultivar su propia comida y cocinarla en vez de comprar alimentos pre-cocinados, a caminar y andar en bicicleta en vez de usar vehículos motorizados, a arreglar y reparar objetos dañados en vez de tirarlos a la basura. Vivir a un ritmo más lento, con más tiempo para hacer las tareas del día a día, cortaría las emisiones de carbono y aumentarían el nivel de satisfacción. Una cultura más igualitaria también reduciría la necesidad de consumir para auto-afirmar su posición en la jerarquía social.
  • Nuevos niveles de participación social: hace falta tiempo para ser un ciudadano activo en la democracia. Necesitamos tiempo para aprender las cuestiones políticas, involucrarse en la tomada de decisiones y juntarse y soportar a partidos políticos. Pasar menos horas en el trabajo permitiría que las personas dedicasen más tiempo en actividades ciudadanas en su comunidad local.
  • Una economía robusta y prospera: en la raíz de la crisis financiera se evidencia que la economía debe empezar a servir las necesidades de la sociedad, respetando los límites del medio ambiente. Con una jornada laboral de 21 horas, los negocios se beneficiarían de que más mujeres entrasen en el mercado de trabajo y que los hombres viviesen una vida más plena y equilibrada. El estrés también se reduciría porque los empleados no tendrían que hacer malabarismos para conciliar la vida laboral y sus responsabilidades familiares. Hay evidencias de que la gente que trabaja menos horas es más productiva. El plano de 21 horas pondría fin a la principal causa de la crisis del crédito – la burbuja de deudas del consumo – moviéndose de una economía basada en el consumismo y en el crecimiento a una economía basada en la estabilidad, resistencia y adaptabilidad
  • Más tiempo para dedicarse al hogar: Si se atribuyera un valor a las horas gastadas en el trabajo doméstico y al cuidado de los hijos en el Reino Unido en 2005, basándose en el sueldo mínimo nacional (4,85 libras por hora, en aquel entonces), llegaríamos al valor de 253,7 billones de libras, equivale al 21% del producto interno bruto del Reino Unido en aquel año. Cambiar a una semana de 21 horas, hará que el trabajo no remunerado y el trabajo domestico sean tan valorados cómo el trabajo remunerado y los hombres podrían participar más en el trabajo no remunerado.
  • Servicio público más fuerte: los servicios públicos deberán aprender a gestionarse con mucho menos dinero debido al déficit público y a las restricciones ambientales al crecimiento económico. Una manera de hacerlo es aprovechar mejor los recursos humanos – todas las relaciones, conocimientos y habilidades que la gente tiene en abundancia – para complementar los fondos públicos. Con más horas libres la gente tendría más tiempo para cuidar a los necesitados, pasar más tiempo con los niños, mantenerse saludable y contribuir en las tareas de la comunidad. Las personas se transformarían en co-productores de los servicios públicos, en una asociación activa e igualitaria con los profesionales del sector público.

El cambio a una jornada semanal de 21 horas traería estos beneficios. Pero hay grandes desafíos en el corto plazo que deben ser anticipados. El informe apunta varias medidas para hacer la transición lo más suave posible, incluyendo:
  • Formación activa para combatir la escasez de mano de obra calificada y para re-incorporar los desempleados a la fuerza de trabajo.
  • Reformar la seguridad social de manera que los costes para el empleador se acumulen en relación a las horas trabajadas, no por los trabajadores registrados
  • Disuadir las horas-extras, premiando a los empleadores por aumentar la plantilla cuándo el volumen de trabajo aumenta
  • Hacer las nóminas más igualitarias subiendo el salario mínimo y poniendo restricciones a las nóminas súper altas.
  • Crear un estándar flexible en la Directiva del Horario de Trabajo de la Unión Europea, la regulación introduciría un estándar en las horas trabajadas permitiendo la máxima flexibilidad posible. Esto permitiría variaciones al modelo de 21 horas, incluyendo trabajo compartido, cambio de turnos escolares, permisos de salud más amplios y años sabáticos.