Carlos Martínez – Presidente de ATTAC España
La Unión Europea está minando su “estado social” o mejor dicho, la ilusión de tenerlo alguna vez a partir del estado del bienestar.
Tras la segunda guerra mundial, derrotado el fascismo por una alianza interclasista, tanto a nivel de clases europeas como de Estados burgueses y la Unión Soviética, más las guerrillas y partisanos obreros y demócratas, la correlación de fuerzas y las necesidades de la reconstrucción permitieron la incubación de una nueva Europa más social.
La fortaleza de los partidos comunistas, la reorganización de los socialistas y de los sindicatos de clase, los gobiernos de concentración nacional e incluso el estallido de la propia “guerra fría” nada más acabar el conflicto, aconsejaban la aparición, hacían necesaria la aparición, de estados con fuerte protección social, poderosos sectores públicos y una economía casi mixta. El sueño del viejo laborismo hecho realidad.
Minas e industria metalúrgica nacionalizadas, transportes públicos estatales y, por supuesto salud, educación y pensiones públicas. La fuerte presencia militar soviética y el reparto del este de Europa al aliado Ejercito Rojo, vencedor imprescindible, hicieron el resto.
El oeste, las democracias cristianas, los liberales y las socialdemocracias llegaban al Pacto Social Europeo, y Francia, Italia, Gran Bretaña, Bélgica y la todavía ocupada Alemania en manos aliadas occidentales construían, con el apoyo de los EE.UU. una isla de bienestar.
Los años cincuenta, sesenta hasta los setenta, fueron la edad de oro del pacto social- demócrata – liberal y sindical. Pero estos pactos e incluso alianzas interclasistas fueron estatales. La construcción del Estado del Bienestar fue nacional, aunque con muchas semejanzas, en la Europa Central y Nórdica.
La CEE, en sus inicios, incluso fue vista con no muy buenos ojos por parte de las socialdemocracias y sus centrales sindicales. El Mercado Común Europeo, intelectualmente, pero también en la práctica, fue implementado por liberales y demócratas cristianos.
Nació pues en sus orígenes la Unión Europea como un mercado y eso sigue siendo, un mercado. La gran paradoja ahora es que la misma alianza de fuerzas burguesas y socialdemócratas que construyó el estado del bienestar europeo, está ahora destruyéndolo. Claro, la correlación de fuerzas cambió. La clase obrera europea sufrió graves derrotas durante la revolución conservadora de los años ochenta. Los sindicatos mayoritarios, en manos de burocracias pactistas, negociaron los retrocesos tratando de mantener lo “esencial” y la socialdemocracia sucumbió ante la ofensiva ideológica neoliberal en unos años en los que la desregulación y las tesis liberales provocaron un cierto auge económico, y las burbujas primero de las .com y después inmobiliaria y financiera, permitieron el espejismo del fin de la historia.
Ahora, con unas izquierdas pequeñas y divididas, una socialdemocracia con graves dificultades y convertida -al menos en sus direcciones- al liberalismo, y unos sindicatos con bajísimos niveles de afiliación ceden terreno frente a las derechas, poderosos instrumentos del mercado en el poder en casi toda la Unión. La ofensiva neoliberal es brutal y pronto será criminal.
La Unión Europea, bajo la batuta de los bancos alemanes y franceses y de la City de Londres, se apresta a imponer los planes de choque del FMI en todas partes, no solo en los PIGS, sino también en los estados centroeuropeos.
El FMI por fin ha desembarcado en Europa de manos de la Unión Europea para proteger el nuevo negocio y tal vez nueva burbuja con la que defender el capitalismo financiero, la deuda. La deuda pública es la nueva fuente de ingresos de la banca y será la nueva burbuja, insisto, a la que agarrarse.
¿Cuál es el objetivo de este escrito? Analizar no. Es, tal y como están haciendo intelectuales de izquierdas, llamar a la movilización europea. Antes creo que es imprescindible decir que, desde nuestro punto de vista, no se trata de buscar el falso talismán del crecimiento. El crecimiento tiene atrapadas a las elites socioliberales. No, no es posible y tampoco deseable.
El objetivo es defender lo público, los bienes y servicios públicos, los derechos sociales, la justicia fiscal y la democracia.
La ciudadanía europea ahora es súbdita de los mercados. Las clases trabajadoras y populares están pagando de sus bolsillos y con su paro la crisis de los grandes bancos privados.
Los Movimientos Sociales y ATTAC en su conjunto debemos hacer el llamamiento a la movilización europea. Hacia la Huelga General Europea, frente a una Unión, bastión mundial del neoliberalismo, que está destruyendo a pasos agigantados el estado del bienestar.
Los medios de comunicación corporativos al servicio de las finanzas, están organizando una gran coalición en Europa y en el Reino de España para doblegar a las clases trabajadoras, a los pueblos, y convencer a la ciudadanía de que tienen que pagar ellos la crisis de los bancos y los ricos. La dictadura de los mercados es una dura y triste realidad. Por eso ATTAC y los que tenemos credibilidad cívica debemos llamar a defender la democracia y a defender lo público.
Es el momento de decir basta. Pero de decir basta a nivel europeo. La CES debe actuar ya y dejarse de tonterías y timideces. O nosotros y nosotras o la extrema derecha.
Debemos tener el coraje de, con la verdad en la mano, llamar a la movilización ciudadana. A la conciencia ciudadana. A perder el miedo escénico a salir a las calles y plazas, a hablar con las gentes. Nosotras y nosotros no les hemos engañado nunca y no pedimos nada a cambio, sólo les pedimos que sean capaces de reclamar justicia y cambio.
La crisis de los bancos no se paga con nuestros sueldos, con nuestras pensiones, con nuestro desempleo, con nuestra educación, con nuestra sanidad. Si el G20 quiere hacer algo, que suprima ya el 28 de junio los Paraísos Fiscales, si no, todo será otra mentira.
Los ATTAC de Europa deben llamar a la CES y a la Izquierda social y política a la Huelga General europea frente a la injusta solución de la crisis. Pero también a todas y todos los ciudadanos decentes que no quieren ser pobres para que los ricos sean más ricos.
Portuario en Excedencia